La conservación del arte contemporáneo va más allá del respeto a la materia que la constituye como portadora de la imagen y como documento histórico del momento de su creación.
El arte contemporáneo plantea nuevos problemas de conservación respecto al arte tradicional. La interrelación de factores internos (materiales constitutivos, diversidad, calidad, incompatibilidad, nivel de experimentación, carácter efímero, etc.) con los de orden externo (condiciones ambientales, problemas durante su manipulación, almacenaje y/o transporte, obsolescencia, falta de reconocimiento como arte, etc.) se establecen como principales responsables de su alteración y deterioro. Por lo tanto la cuestión ya no sólo radica en la gran heterogeneidad de materiales y técnicas
presentes, sino también en la doble dimensión concepto-materia basándose en una filosofía creativa diferente. A lo que hay que unir el respeto a los derechos de autor y a la intención artística original. Ante este panorama, el conservador-restaurador se enfrenta a verdaderos retos a la hora de abordar los procesos de intervención en obras de arte contemporáneo, dado que ni los criterios, medios, materiales, técnicas o sistemas empleados en el arte convencional sirven para resolver completamente los problemas que plantea la conservación del arte contemporáneo.
En abril de 2014 fue aprobado por el Consejo de Patrimonio el Plan Nacional de Conservación del siglo XX, a fin de dar respuesta a la problemática presentada por este tipo de patrimonio.
Por todo ello tenemos la ambición de potenciar un grupo de conservación de arte contemporáneo desde el GE-IIC, para crear sinergias entre profesionales, generar conocimiento e intercambiar resultados de investigaciones, todo ello con el propósito de consolidar un sector de la profesión que actualmente se encuentra disgregado. Así pues, queremos impulsar una red de interrelación profesional que sirva de soporte y apoyo para los que nos dedicamos a la difícil tarea de la restauración del arte contemporáneo.
