Son momentos difíciles para todo el país, una especie de sueño aterrador que amenaza con dejarnos insensibles ante el sufrimiento que va dejando esta pandemia que se apodera cada día de nuestro planeta.
Sin embargo, ayer fue un día especialmente duro para muchos de nosotros porque se fue Luis Saro, el virus le respetó pero fue su corazón el que le falló, nos falló a todos los que le queríamos.
No sé cuándo le vi por primera vez, quizás en Oviedo en el congreso del GEIIC, quizás me lo había presentado antes Rosa Esbert. Es lo de menos porque Luis siempre estaba ahí, siempre te respondía cuando necesitabas algo de él. Ese asturianín dulce y discreto como su acento, pequeño pero inmenso, sonriente, siempre dispuesto a charlar, a escuchar, a compartir lo que sabía, a cuestionárselo todo, a rebatir con entusiasmo aquello que no le convencía, fue una persona maravillosa y un estupendo compañero.
Me invitó varias veces a la escuela de Avilés para contar alguna de mis experiencias. Siempre era una delicia compartir con él esos momentos que se alargaban por encima de las charlas, cuando nos sentábamos delante de una mesa con una cerveza, una sidra o lo que cayera. Hablaba suave y planteaba con mucha tranquilidad y seguridad sus dudas sobre nuestro trabajo, las mismas dudas que yo tenía. Así que en esas conversaciones se fue forjando una amistad basada en el amor que ambos sentíamos por esta maravillosa profesión y en la sintonía que teníamos sobre otros muchos aspectos de la vida. Una amistad que se fue afianzando gracias a su sinceridad y su honestidad, esas cualidades que tanto me gustaban y que tan bien le definían y caracterizaban.
Hoy he llorado porque no me saco de la cabeza su voz, su sonrisa y su dulzura. Nunca te olvidaré Luis, siempre seguirás ahí.
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Querido Luis, tengo un nudo en la garganta y en el pecho que no me dejan…porque quisiera que no fuera verdad, que hicieras una llamada, o mandaras un mensaje, y dijeras que estás aquí, que no te has ido…
Pero sí, aunque es demasiado pronto para que lo hagas, te has ido, nos has dejado huérfanos al Grupo de Piedra y va a ser difícil la próxima reunión si ti.
Cuando pienso en ti me vienen las palabras, disfrute, juntarnos, risas…
Te vamos a echar mucho de menos.
Gracias amigo. Hasta siempre.
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Querido amigo y compañero de profesión, de cañas, de vinitos, siempre la alegría de las reuniones del grupo de piedra y la sorpresa de cada día, de a ver cual era el nuevo pin con el que adornabas tus jersey(prenda indispensable, que sólo variaba de color o grosor según la época del año) …todo un artista y un gran colega sobre todo, siempre arrimando el hombro en las cuestiones importantes para la profesión y cuando había que celebrar el que más…como nos lo pasamos en la última reunión preparando la siguiente con chalecito cerca de los chiringuitos…tu alegría, tu espontaneidad y la buena onda con el grupo, para hacernos sentir siempre a gusto…
Sólo puedo añadir, que nos has dejado demasiado pronto…nos quedaban tantos buenos encuentros que compartir y disfrutar juntos…siempre te llevaremos en nuestros corazones y siempre que nos juntemos alzaremos nuestras copas y cañitas en tu honor como a ti te hubiera gustado, ¡¡¡¡¡¡ un beso muy fuerte y hasta siempre amigo y camarada de fatigas!!!!!.
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Es curioso que todos tengamos la misma imagen de Luis y eso solo es posible porque él era así; entrañable, afable, alegre, positivo y siempre dispuesto a sumar y compartir, a poner su granito de arena que por supuesto ha calado en todos los nosotros.
Nuestras reuniones ya no serán lo mismo sin él…
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Apreciado Luis, amigo asturiano. Hoy, tras la conmovedora noticia de tú adiós, una dulce mirada de nuestro último encuentro me ha sobrevenido fugazmente. No puedo hacerme la idea de que ya no estés aquí… siempre has sido mi gran colega de abordo en esta gran familia que es y será siempre tuya, tú Grupo de Piedra.
Muchos son los recuerdos que rápidamente han pasado por mi cabeza de estos doce años que hemos compartido en reuniones, congresos, charlas y demás actos…, ese abrazo alegre que compartíamos cuando nos veíamos y, también, en las despedidas, con la idea de reencontrarnos de nuevo… siempre con la esperanza de que así fuese…
Apenas hace un mes y medio, pudimos vernos en Madrid y, nunca hubiese pensado que ese viernes 21 de febrero a las 13:30h, cuando nos despedimos, sería nuestra última vez.
Luís, mi amigo bondadoso, entrañable y con muy buen corazón, me resultará difícil no volverte a ver, ni poder disfrutar de esos vinitos que tanto hemos compartido.
Allí donde estés, quiero que sepas, que para tu amigo de Valencia ¡siempre estarás aquí presente!
Hasta siempre amigo.
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Poco más se puede añadir a lo que habéis escrito, yo creo que todos tenemos la misma imagen de Luis, un tío alegre, cariñoso, disfrutón como el que más, siempre resistiéndose a acabar el día… Resulta difícil de creer que nos has dejado en un momento tan dramático para todos, oyendo cifras de fallecidos que nos encogen el corazón y alejados de nuestros seres más queridos. Pero esta triste noticia nos ha llegado especialmente al corazón, es verdad que dejas un vacío en el Grupo que nos costará superar. Brindaremos a tu salud en el próximo encuentro y espero que allá donde estés te llegue el cariño de todos nosotros, un beso Luis.
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Solo puedo añadir que el ámbito de la conservación- restauración, no sólo pierde a un gran profesional, sino a una persona que tenía la capacidad de conectar con todos, que brillaba por su amabilidad y sencillez. Me alegra haber podido compartir momentos contigo en las reuniones del Grupo Piedra. Te echaremos de menos en las próximas reuniones, a ti y a tu sonrisa transparente. Hasta siempre Luis.
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La noticia ayer fue un golpe fenomenal ¿cómo puede ser que se vaya antes de tiempo la buena gente? En cada reunión del Grupo nos vemos prácticamente las mismas personas, y a fuerza de repetir esas reuniones te vas haciendo con todas. Pero en general en un congreso conoces a mucha gente y no recuerdas las caras, la voz, ni siquiera el nombre de muchas de ellas. Esto era imposible con Luis, lo recuerdo perfectamente desde la primera vez que coincidí con él en Oviedo. Una persona de las que dejan huella precisamente por todo eso que habéis comentado ya, por su dulzura y su forma de plantear y rebatir los temas. Una inmensa suerte habernos cruzado en tu camino ¡Seguro que siempre te seguiremos recordando!
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Son las 8, el momento de salir a la ventana y aplaudir. Mi aplauso esta vez es por y para ti, por tu profesionalidad, por tu buen hacer, pero sobre todo, por tu manera de ser. Eres muy grande en muchos aspectos, generoso, dispuesto a compartir tus conocimientos con todos, divertido, humilde, sencillo, apasionado de tu profesión, pero también de la vida…Por esto y por más, nos dejas a todos los que te conocimos un gran vacío y una pena enorme, porque te has ido demasiado pronto, sin esperarlo. Buen viaje Luis!!!