Figura 1: Montaje de exposición temporal
El taller de restauración de Bienes Culturales del Museo Naval de Madrid se sitúa en la primera planta del edificio noble del Cuartel General de la Armada. Es un espacio agradable con dos amplios balcones que dan a la calle Ruiz de Alarcón (Figura 2).
Figura 2. Taller de Conservación y Restauración del Museo Naval de Madrid
Nuestra filosofía se basa en los siguientes puntos: encaminarnos a los llamados Museos Verdes, dejando de utilizar productos de alta toxicidad tanto para las personas como para el medio ambiente; el reciclaje, aprovechando los materiales al máximo y la sostenibilidad, para hacer buen uso del dinero público. Un ejemplo de ello es el diseño de soportes versátiles que sirvan para obras de distinto formato que se van cambiando en las vitrinas y la fabricación de elementos de sujeción con imanes que sustituyan a los tradicionales con adhesivos. De esta forma, dicha filosofía enfoca nuestra práctica considerando que la falta de medios no debe impedir que la colección esté bien conservada. Con pocos recursos y buenas ideas se pueden hacer grandes cosas.
La entrada al taller está flanqueada por tres enormes vitrinas que contienen más de 100 vasijas procedentes de la Nao San Diego, uno de los barcos que cubrían la ruta del llamado Galeón de Manila y que fue hundido con todo su cargamento en las costas filipinas en el año 1600 tras ser atacado por barcos holandeses (Figura 3). Una de las tareas encomendadas al equipo de conservación y restauración en 2022 fue la de acondicionar esas vitrinas que carecían de techo, y la de fotografiar, limpiar y siglar adecuadamente todas las vasijas antes de colocarlas resplandecientes de nuevo en su sitio.
Fue una satisfacción ver cerrado uno de tantos capítulos abiertos en el Museo Naval.
Figura 3. Vitrinas con vasijas procedentes de la Nao San Diego
Uno de los proyectos que actualmente están en marcha, se desarrolla en el armero. En 2021 se consiguió un espacio para almacenar la colección de armas. Para guardar las piezas fuimos reciclando muebles viejos desechados por otras unidades del edificio. Las restauradoras, bajo la dirección del conservador encargado de esta colección y en colaboración con el equipo de conservación y los carpinteros, fuimos acondicionando ese mobiliario y diseñando embalajes para poder almacenar lo mejor posible las piezas con los medios de los que disponíamos en ese momento (Figuras 4 y 5). Este año por fin hemos podido sustituir esos muebles por otros de alta calidad, pensados expresamente para esa colección (Figuras 6 y 7).
Figura 4. Mobiliario del armero antes de la remodelación
Figura 6. Proceso de renovación del armero y nuevo mobiliario
A mi llegada al museo en 2020, el mobiliario del almacén se distribuía en dos espacios, uno con estanterías, armarios metálicos y planeros y otro con peines, más armarios y planeros. Entre 2018 y hasta parte de 2020 el museo estuvo en obras. Se había modificado el discurso museográfico y se habían retirado numerosas piezas de la exposición. Muchas de esas obras se fueron colocando sobre los planeros y en los armarios, ya que no había más espacio de almacenaje. En aquel momento lo único que se podía hacer era ganar espacio en altura por encima de los planeros, por lo que se le encargó a una empresa especializada el diseño de estanterías metálicas que llegaran hasta el techo. Allí se colocaron todas las piezas que no había dónde guardar con embalajes diseñados para su conservación (Figura 8).
Figura 8. Proceso de fabricación de embalajes de conservación
Aun así, el espacio seguía siendo insuficiente y no había posibilidad de conseguir otras ubicaciones de almacenaje. Por ello, después de mucho trabajo se aprobó un proyecto, actualmente en ejecución, para sustituir los armarios y estanterías por muebles compactos, con lo que las piezas van a estar mucho mejor almacenadas y el espacio mejor aprovechado (Figura 9).
Figura 9. Traslado de esculturas para el cambio de mobiliario en al almacén
Otro proyecto interesante del departamento es la colaboración en la red de investigación Asia-Pacific Network Basketry APB con el INCIPIT-CSIC (Instituto de Ciencias del Patrimonio de Santiago de Compostela). Estamos recogiendo muestras de varias piezas de la colección etnográfica del Pacífico para hacer analíticas que nos permitan tener más información acerca de esos bienes.
Figura 10. Visita del especialista de cestería en el Pacífico, James C. Bamba, al taller de restauración.
Además de todas estas acciones, en el taller de Conservación y Restauración se intervienen muchísimas piezas de la colección del museo, destinadas principalmente a exposiciones temporales. La mayoría de esas obras fueron intervenidas en el pasado y apenas existe documentación. Restaurar lo restaurado es todo un reto, y muchas veces cuando alguna obra se complica, miramos una fotografía de Rafael Monleón (Figura 11), nuestro compañero pintor restaurador del Museo Naval del siglo XIX, colgada en la pared del taller, y le decimos entre risas: «Rafael inspíranos».
Figura 11. Fotografía de Rafael Monleón y Torres en el taller de Conservación y restauración del Museo Naval
Todos estos proyectos de remodelación de los diversos espacios del museo y la restauración integral de las piezas que forman parte de la colección, se enmarcan dentro de un plan diseñado en 2017 para adaptar nuestra museología a la propia del siglo XXI.
Para finalizar quisiera expresar lo afortunada que me siento por trabajar en este museo, tanto por la magnífica colección que tenemos a nuestro cuidado -la cartográfica, la etnológica y la arqueológica son mis favoritas-, como por su maravilloso equipo. Estoy muy orgullosa de mis compañeros y compañeras, grandes profesionales y personas con las que trabajar es un privilegio.
Figura 12. Cerámica de la Dinastía Ming, procedente de la Nao San Diego, expuesta en el Museo Naval de Madrid
Figura 13: Equipo Técnico Museo Naval