Las autoridades chinas han abierto una investigación para determinar los posibles daños causados en un fragmento de la Gran Muralla por una restauración en la que el milenario monumento ha sido pavimentado con cemento blanco. Las fotos tomadas por visitantes de un tramo de ocho kilómetros de la colosal obra de la dinastía Ming, en las que parece un vulgar muro de lindes, han escandalizado al país.
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