Belén Topete. Restauradora del Museo Sorolla (Madrid)
Figura 1. Chequeo de obras con mapa de daños previo a un montaje.
Cuando en abril de 2011 me confirmaron mi traslado al Museo Sorolla no podía creer la suerte que había tenido, era uno de mis museos favoritos y de los más bonitos de Madrid. Me incorporé al mes siguiente a una plantilla muy pequeña de apenas cuatro técnicos y dos auxiliares ocupando una plaza hasta el momento inexistente. El museo nunca había tenido un restaurador y tenía ante mí un reto apasionante ya que estaba casi todo por hacer y organizar.
Desde que Consuelo Luca de Tena comenzó a dirigir el museo en 2010, este no ha parado de crecer en todos los sentidos. El objetivo era volver a darle a Sorolla y a su casa museo el lugar que se merecía dentro del panorama artístico tanto en España como en el extranjero. Para ello, entre otras actuaciones y con el apoyo de la Fundación Museo Sorolla, se diseñó una estrategia para organizar dos exposiciones temporales al año y potenciar los préstamos a otras instituciones. La mayoría de estas exposiciones temporales itineran a una o más sedes y esta política continúa hasta hoy, ya bajo la dirección de Enrique Varela, habiendo superado en 2023 la cifra récord de 340.000 visitantes.
Esta continua movilidad de las obras y las tareas de conservación preventiva son los ejes principales sobre los que se articula mi trabajo en el museo. Afortunadamente, desde hace un tiempo, cuento para ello con la colaboración de dos de mis compañeras técnicos de museos, conformando las tres el Departamento de Colecciones.
Figura 2. Supervisión de la entrada de obras en el Palacio Real de Milán
Cada obra que va a formar parte de una exposición es revisada, se elabora un mapa de daños y se interviene en caso de que haga falta. Normalmente estas intervenciones son sentados de color puntuales, pequeñas reintegraciones, limpiezas superficiales, corrección de deformaciones y revisión de los sistemas de montaje de los lienzos al marco. Viajamos en innumerables ocasiones acompañando a las obras haciendo de correo en montajes y desmontajes y supervisando las cargas y descargas de los camiones que son especialmente complicadas en el museo por la dificultad de los accesos. Lo ideal sería que siempre pudiera viajar un profesional de la restauración con las obras, pero dado el gran número de préstamos que tenemos debe ser realizado por técnicos. En este sentido, es mi labor también formar a las nuevas incorporaciones para que aprendan a hacer los mapas de daños y a realizar correctamente las labores de correo.
Figura 3. Cambios en la exposición permanente
La continua movilidad de obras implica que cada cierto tiempo se tengan que hacer cambios puntuales o de muros enteros en la exposición permanente. Para ello se cuenta con la intervención de empresas especializadas pero sus labores deben ser supervisadas por nuestro departamento, tanto los movimientos de obra como de los medios auxiliares que utilizan.
Respecto a las tareas de conservación preventiva en la casa son diarias y de extraordinaria importancia para el mantenimiento óptimo de la colección. Estas labores se realizan en estrecha colaboración con el equipo de mantenimiento y con una empresa de restauración que todos los lunes, a museo cerrado, hace lo que llamamos el “mantenimiento de colecciones”. Esta actuación consiste en limpiar y revisar todos los objetos de la exposición permanente y los almacenes.
En los próximos meses nos espera la culminación del proyecto de ampliación del Museo Sorolla. Para mí es especialmente ilusionante porque tanto el almacén de colecciones como el taller de restauración irán ubicados en este espacio y estarán dotados con mobiliario e instalaciones nuevas. La labor del traslado de todas las obras del almacén antiguo al nuevo es algo que ya estamos empezando a planificar junto con el departamento de documentación y que promete ser una tarea compleja por el elevado número de obras de todo tipo que se van a movilizar.
Figura 4 . Mantenimiento de colecciones los lunes a museo cerrado
No quiero terminar sin hacer una mención a la situación en la que estamos el colectivo de los restauradores. Pedimos desde hace tiempo una regulación de la profesión y que se nos considere y remunere como lo que somos, unos profesionales de alta cualificación y los únicos capacitados para intervenir sobre las obras de arte. De ello depende la conservación de nuestro patrimonio y su legado a las próximas generaciones.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
Figura 5. Mantenimiento de colecciones los lunes a museo cerrado